En un mundo donde la tecnología militar y las armas de fuego dominan los titulares, hablar de escudos puede parecer arcaico o incluso irrelevante.
Sin embargo, hay un tipo de escudo que ha demostrado su eficacia a lo largo de los siglos, y no se trata de una pieza de metal o de madera.
Hablamos de “el escudo de la fe,” un concepto bíblico que ofrece una armadura espiritual frente a los peligros más insidiosos: las mentiras y los engaños de Satanás.
Este escudo no solo es capaz de protegernos, sino también de otorgarnos la fuerza necesaria para combatir en una guerra que trasciende lo físico.
En este blog post, exploraremos el profundo significado del escudo de la fe y cómo puede servir como tu principal defensa en las batallas espirituales que enfrentas cada día.
Tabla de Contenidos del estudio
Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos
Efesios 6:16
los dardos de fuego del maligno.
¿Por qué un escudo de fe?
El apóstol Pablo fue quien escribió sobre el escudo de la fe en la carta a los Efesios (Efesios 6:16), en donde destaca la importancia del escudo espiritual en la vida del creyente.
El apóstol dice que los seguidores de Cristo deben llevar siempre el escudo de la fe con el que pueden apagar todos los dardos de fuego del maligno.
Cuando Pablo habló sobre el escudo de la fe, es muy probable que estuviera pensando en los escudos que integraban las armas de guerra de los soldados romanos de la época.
Tipos de escudos
Habían dos tipos de escudos:
- Uno pequeño con forma redonda.
- Uno grande con forma ovalada y rectangular.
La palabra griega dsureós usada por el apóstol se refiere al escudo grande.
Era un escudo que medía aproximadamente 75 centímetros o 29 pulgadas de ancho y más de 1.20 metros o 4 pies de alto. Este tamaño era suficiente para proteger el cuerpo de los soldados.
Además, las tropas se posicionaban estratégicamente en el campo de batalla, lo que les permitía hacer una especie de muro protector para protegerse y avanzar.
¿Cuál era el objetivo principal de tal estrategia?
El objetivo principal del escudo era protegerse de las flechas o dardos de fuego que se usaban ampliamente en ese tiempo.
De hecho, las armas más letales de la época eran precisamente las flechas encendidas.
Los soldados enemigos por lo general sumergían las flechas en una mezcla de brea altamente inflamable y les prendían
fuego antes de lanzarlas.
Por lo tanto, estos escudos jugaron un papel muy importante en ese aspecto.
Generalmente eran hechos de madera y cubiertos con piel de animal. Además, también se utilizaba una capa de metal que se encontraba entre la madera y el cuero.
Los escudos eran tan importantes que tenían la capacidad de proteger los daños frente a las flechas enemigas. Incluso las flechas en llamas que se clavaban en el escudo eran capaces de resistir el fuego extinguiéndolo fácilmente.
La importancia del escudo de la fe
De acuerdo al contexto de Efesios 6, el escudo de la fe es de gran importancia para poder soportar las flechas o dardos espirituales de fuego del maligno.
El apóstol Pablo dice que solo mediante el uso del escudo de la fe el creyente puede apagar los dardos del diablo.
Las flechas o dardos simbolizan todo tipo de ataque malvado que Satanás lanza contra los hijos de Dios con el objetivo de derrotarlo y destruirlo.
La Biblia presenta al diablo como aquel león rugiente que quiere destruir, por tanto entre sus funciones tiene el tentar, angustiar, perseguir, enviar malos pensamientos, malos deseos, etc. contra los creyentes.
Estos ataques son como flechas de fuego que intentan herir la vida del creyente con dudas y deseos contrarios a la voluntad de Dios.
La intención de Satanás es hacer que los cristianos crean sus mentiras, desconfíen de las promesas de Dios y desobedezcan Su Palabra.
La vieja naturaleza humana corrompida por el pecado es un blanco para la práctica pecaminosa.
Si las flechas del mal no se extinguen rápidamente por la fe en Dios, causarán un gran daño a la vida del creyente.
He aquí tres tipos de dardos de fuego
Hay tres tipos de dardos de uego del maligno:
- El deseo de los ojos.
- El deseo de la carne.
- La vanagloria de la vida.
El deseo de los ojos
El deseo de los ojos (querer ver). El mundo vive bajo el deseo de querer ver.
Al mundo no le importan ni valoran las cosas que no se pueden ver.
Satanás domina el mundo bajo el poder de lo visual, de lo aparente, de lo externo, de la imagen, de lo
codiciable y cosas similares.
- ¿Cuántos problemas vienen a nuestras vidas por ver cosas que no son licitas ni agradables a Dios?
- ¿Cómo podemos los cristianos vencer el deseo de los ojos?
La respuesta es por medio de los deseos de la fe. Lo que se ve (realidad mundana) se derrota por lo que no se ve (realidad espiritual).
El deseo de la carne
El deseo de la carne (querer tener o experimentar). El mundo impulsado por los deseos de lo que ve es lanzado a querer tener aquello que está viendo y no puede refrenarlo.
El mundo vive de las emociones y experiencias que son temporales, carnales y engañosas.
El mundo vive con el deseo constante de querer tener más y más porque está sujeto a un principado de materialismo y humanismo.
No podemos permitir que las cosas del mundo y el deseo de tenerlas nos roben y nos priven de las cosas que Dios tiene para nosotros.
¿Cómo podemos los cristianos vencer los deseos de la carne?
La respuesta es por medio de los deseos del Espíritu porque solo por el Espíritu podemos hacer morir las obras de la carne.
El deseo de la carne
La vanagloria de la vida (querer ser).
5 Y le llevó el diablo a un alto monte, y le mostró en un momento todos los reinos de la tierra. 6 Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.
Lucas 4:5-6
El mundo está lleno de personas que viven una vida vana, hueca, vacía y sin contenido que basa su identidad no por lo que son sino por lo que tienen.
Los cristianos no encontramos nuestra identidad en el mundo ni en las cosas del mundo sino solamente en Cristo quien nos compró con su sangre y con quien estamos juntamente crucificados para que lo que vivimos en la carne lo vivamos en la fe del Hijo de Dios.
16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
1 Juan 2:16
¿Cómo podemos los cristianos vencer la vanagloria de la vida?
La respuesta es por medio de una vida plena en Cristo Jesús en la que proyectamos todas y cada una de las áreas de nuestras vidas para que sean reflejadas solamente en Él.
Si Cristo es en nosotros en todo lo que somos, tenemos y hacemos entonces tenemos la garantía que nuestra vida no será vana, hueca o temporal sino plena, llena y eterna.
Es por eso que el escudo de la fe es esencial, ya que el creyente está protegido contra estos ataques del enemigo tal como se menciona en Filipenses 2:3
3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;
Filipenses 2: 3
¿Cómo usar el escudo de la fe?
El escudo de la fe permite al creyente apagar todas las flechas de fuego del diablo.
Ningún dardo maligno puede alcanzar la vida de quien lleva el escudo de la fe; es decir, de alguien que pone toda su confianza en el poder de Dios y tiene una certeza inquebrantable en sus promesas.
Dado que Satanás no perdona ninguna oportunidad contra el pueblo de Dios, no hay un solo momento en el que el creyente pueda bajar los brazos y soltar el escudo de la fe.
La fe viene por oír la palabra (Romanos 10:17), por tanto, el creyente debe estar lleno de la palabra de Dios todo el tiempo.
17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Romanos 10:17
De la misma forma como los soldados romanos juntaban sus escudos en grupo, la fe del creyente debe estar agrupada con la fe de la iglesia porque somos parte del Cuerpo de Cristo.
Sí, el escudo de la fe no solo tiene un propósito individual, sino también colectivo.
Ningún creyente está solo en la batalla espiritual.
Esto significa que los cristianos están unidos por la fe; están alineados en el mismo propósito para la obra de Dios; y deben orar y animarse unos a otros en esta batalla (Efesios 6:18);
18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
Efesios 6:18
y en Hebreos 3:12-13
12 Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; 13 antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
Hebreos 3:12-13
Es a través de una vida de oración y conocimiento y escudriñamiento de su palabra que nos ponemos y usamos no solo el escudo de la fe. Si no toda la armadura de Dios.
Resumen del video de la predica: toma el escudo de la fe
00:05 Protegiéndonos en la fe
- La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
- El escudo de la fe es como una barrera que nos protege de los ataques del enemigo.
- Debemos tomar el escudo de la fe para enfrentar las batallas de la vida.
05:27 El escudo de la fe protege a los cristianos de los ataques del enemigo
- El enemigo intenta incendiar nuestras vidas y desviarnos de nuestro propósito
- Tener nuestra fe fundada en la palabra de Dios nos protege
- Debemos enfocarnos en lo que dice la palabra del Señor y ejercer nuestra fe en consecuencia
10:30 La fe es la base de nuestra vida cristiana
- La fe no es locura, está arraigada en la palabra de Dios.
- Estamos llamados a conquistar el pecado en nuestras vidas.
- El escudo de la fe es crucial para resistir los ataques del enemigo.
- Debemos tomar decisiones diarias para seguir la palabra de Dios.
- El chisme es un dardo destructivo usado por el enemigo.
15:56 Confiar y obedecer a Dios lleva a la victoria
- Pablo y Silas confiaron en Dios y levantaron su escudo de la fe en circunstancias difíciles
- Mantenerse firmes y levantar el escudo de la fe da lugar al resultado de Dios
- El enemigo usa los deseos y la vanagloria para atacar, pero la fe puede superarlos
20:36 El enemigo nos engaña haciéndonos pensar que somos más que polvo
- Los seres humanos tienen la tendencia a buscar la vanagloria y la importancia
- La fe es el escudo para proteger contra las mentiras del enemigo
24:29 Usa el escudo de la fe para protegerte contra las tentaciones mundanas
- Dardos de fuego nos atacan incluso dentro de los muros de la iglesia.
- El escudo de la fe nos permite apagar los deseos de la carne y la vanidad.
- Basar nuestras vidas en las verdades de la palabra de Dios es esencial.
- Orar y leer la palabra de Dios son clave para usar el escudo de la fe.
28:57 El código de fe y comportamiento del cristiano se basa en la palabra de Dios
- La palabra de Dios es la única manera de protegernos y vivir nuestra fe en Cristo Jesús.
- No hay varita mágica ni unción instantánea; debemos poner la palabra de Dios en nuestros corazones.
- Debemos tomar decisiones sabias para vivir la fe y ser victoriosos contra los ataques del enemigo.
- La oración y la súplica con perseverancia son importantes en nuestra guerra espiritual.
- Debemos exhortar y animarnos mutuamente todos los días para evitar tener un corazón malvado de incredulidad.
33:34 Confía en Dios incluso cuando parece que no hay opciones
- El pueblo de Israel tuvo que confiar en Dios en lugar de ser aniquilado por el ejército de Faraón.
- Moisés obedeció a Dios y cruzó el mar, mostrando que a veces tenemos que confiar en Dios incluso cuando parece que no hay opciones.
Conclusión final del estudio del escudo de la fe
En conclusión, el escudo de la fe no es simplemente un concepto bonito o una metáfora vacía, sino una herramienta esencial en nuestra lucha espiritual contra las fuerzas del mal.
Al igual que los soldados romanos confiaban en sus escudos para protegerse en la batalla, nosotros también debemos tomar nuestro escudo de la fe cada día.
Este escudo nos protege contra los ataques constantes del enemigo, fortalece nuestra relación con Dios y nos une como cuerpo de creyentes.
No subestimes el poder del escudo de la fe; es tu primera línea de defensa en la batalla espiritual que enfrentamos cada día.
LA PALABRA DE DIOS: GUÍA Y FORTALEZA EN NUESTRA IGLESIA BAUTISTA EN HOUSTON
